Este marcó mi primera incursión en el desarrollo profesional de software.
Después de un período de formación de dos semanas en SQL y .NET, comencé a trabajar en una aplicación .NET de escritorio siguiendo la arquitectura MVC.
Durante mi tiempo en la empresa, mis habilidades fueron reconocidas por un experimentado gerente que me asignó a trabajar en las oficinas de ABB cerca de Barcelona. Allí, asumí el desafío de una aplicación JavaScript básica con funcionalidad de arrastrar y soltar que había sido abandonada sin mantenimiento. Tras una revisión meticulosa del código existente, implementé con éxito nuevas características.
Mis logros me llevaron a otra asignación, esta vez en las oficinas de Nestle, donde me encontré con un proyecto enfrentando una situación similar. Sin embargo, este proyecto estaba escrito en FoxPro, un lenguaje con el que no estaba familiarizado en ese momento. Sin amilanarme, aprendí rápidamente el lenguaje y contribuí eficazmente implementando nuevas funcionalidades.